“Más amor, menos odio”, “Todas las familias, todos los derechos”, con humo de colores y un contingente de más de mil 500 personas, entre banderas, silbatos, globos, pancartas, batucadas, zanqueros, y música; la 18 Marcha del Orgullo LGBTTTI en Aguascalientes comenzó este 15 de junio pasadas las 17:30 horas en un punto poco común: el Jardín de los Mariachis, el pleno centro de la capital.
Desde media hora antes el jardín se vistió de colores con grupos poco observados en las marchas: Jóvenes de secundaria y bachillerato, familias heterosexuales con sus hijos e hijas. Todos con el ánimo de gritar, de divertirse, de celebrar. Al preguntar por qué asistían respondían: “porque queremos festejar que hay diversidad”, “porque mi primo murió por homofobia y yo no quiero ya más muertos”, “porque somos una sociedad distinta, tenemos que celebrarlo”, “porque quiero que mis hijos crezcan sin agresividad y conscientes del respeto”.
Foto Claudia Castro Foto Claudia Castro Foto Claudia Castro
Para el investigador, académico y activista Juan Bobadilla, hay un balance intermedio para la diversidad en Aguascalientes pues así como hay cosas buenas las hay muy malas, “nosotros seguimos en la resistencia y eso es lo importante”, desde su perspectiva el que se ejecute una marcha más del Orgullo fortalece la visibilización y la exigencia toda vez que en la medida en que hay más derechos también hay una contraofensiva de la “derecha antiderechos”. Por ello el elemento efectivo es seguir sumando, por ejemplo en esta marcha se organizaron estudiantes de la Universidad Autónoma de Aguascalientes de diversas carreras para diferentes contingentes, como fue le caso de CUIR UAA que muchos llegaron con sus padres y madres.
“Realmente lo que se está construyendo es algo sano, benéfico para todos, no sólo para la comunidad LGBTTTI, porque las fobias contra la diversidad daña a toda la población, y en la medida que se vaya entendiendo seremos más incluyentes”, aclarándose que esta lucha no es por la tolerancia de las personas sino por el respeto y la inclusión.

Al recorrer las calles que nunca se habían tomado con el arcoíris, los transeúntes pararon, tomaron fotografías, algunos pedían banderas pequeñas para colocar en sus negocios, otros chiflaban en apoyo a los manifestantes y los pocos (porque no todo fue positivo) aceleraron su andar para no “toparse con los raros”, o bien les tapaban los ojos a los niños como signo de su molestia, sin embargo en lo general el apoyo fue significativo.
Efraín Muro recordó que los logros que se han tenido no han sido por las autoridades sino por las y los activistas que durante décadas han estado en la lucha, “es una lástima que estemos celebrando por dictámenes de la SCJN y no por un congreso laico y plural”. Independientemente de esto, el integrante de Colectivo Sergay A.C.dijo estar congratulado por observar un amarcha muy nutrida por los más jóvenes, por papás y mamás, por quienes antes despreciaban a los “jotos” o tortillas” y hoy los respeta. “Se está empezando a ver el principio de la libertad por lo que hemos luchado por tanto años, nos damos cuenta que vamos avanzando y que ya podemos salir libres y no como en nuestra infancia o adolescencia que teníamos miedo de portar algo de colores”. Ahora observan a una juventud cada vez más interesada en conocer y participar en temas de la comunidad.
A la llegada a la Plaza de Armas, en la explanada de la Exedra se colocó un templete donde se realizaría una serie de actividades artísticas, previamente con una cadena humana entrelazando los brazos de los asistentes, Julián Elizalde Peña, activista cofundador de la primera marcha del Orgullo en la entidad y presidente de Colectivo Sergay que este 2019 está celebrando 25 años de vida; emitió un emotivo mensaje plasmado de lucha, llanto, rabia, dolor pero también de amor y paz:
Foto Claudia Castro
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“Es un día de amor, de orgullo, de dignidad. Estamos aquí porque podemos, porque queremos, porque recordamos. Somos quienes salimos a caminar con la frente en alto tomando de la mano a la persona que amas mientras en la calle te gritan maricón o tortilleras, por no cumplir las expectativas de la sociedad que juzga.
25 años parece poco tiempo pero para nosotros ha sido un largo camino. 25 años en los que activistas tuvieron que dar su vida para que hoy celebremos la 18 Marcha del Orgullo LGBTTTI, para que puedan salir a la calle con orgullo de ser como son y tengan esperanza de una vida mejor. Para que un día no tengamos que salir a marchar para exigir lo que el Estado y la sociedad nos debe. Los derechos de la comunidad no se negocian, nuestras vidas no se negocian”.

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Entre lágrimas el activista recordó a quienes han dado su vida por la lucha de la Comunidad de la diversidad sexual, haciendo un recorrido por las violaciones a los derechos humanos que la autoridad hacía hace casi 20 años:
“Somos los jotos que apuñalaron una madrugada, somos Lupita que se quitó la vida una madrugada en su habitación mientras estaba secuestrada por sus padres al saber que amaba a otra mujer. Somos los maricones que se llevaban en los operativos y la policía les decía que olían a Sida, somos los que cada fin de semana levantaban las manos en protesta por las redadas que hacía la policía municipal en Mandiles. Somos las 20 personas que marcharon el 2000 en La Purísima con miedo en el cuerpo pero con orgullo de andar. Somos las putas, las vestidas que los periódicos imprimían en las portadas, somos quienes la policía detenía y extorsionaba bajo el argumento de falta a la moral, somos quienes lloran en silencio la muerte de un amigo que pereció por VIH. Somos los que no olvidamos, los indignados, las y los invertidos, las y los que tenemos memoria de la laucha y la violencia ejercida por el Estado y la sociedad. Somos el arcoiris, el pasado, el presente, y el futuro”.
Concluyó haciendo un llamado a la población en general a tomarse un día para respetar, para compartir, para sumar. Invitó a las personas a no temer, a tomar de la mano a quien ama sin importar el qué dirán, a levantar la mano junto a la comunidad y decir “Somos el orgullo”.

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