La solución para la corrupción –en cuanto a los recursos federales- no está en recortar de tajo los presupuestos estatales y municipales, sino en forjar una clasificación correcta y sin ambigüedades de las reglas de operación y de asignación de los recursos.

Para el perredista Emanuelle Sánchez Nájera, la actual discusión sobre la asignación de presupuesto para el 2020 debe ser desde el terreno electoral, ya que el objetivo final del presidente Andrés Manuel López Obrador no es “acabar con la corrupción” sino forjar una base para ganar elecciones en 2021 pagada por el gobierno federal.

Andrés Manuel es un personaje político muy hábil en el sentido de saber leer las cosas que la gente quiere escuchar. Tiene un diagnóstico correcto con respecto a que mucho del presupuesto ejercido en todos los niveles de gobierno termina en las arcas de la corrupción, es una problemática real, pero con este pretexto ha decidido cortar de tajo muchos presupuestos para programas federales, para gobierno estatales y municipales, afectando directamente a la propia ciudadanía, aunque exista un sector que no quiera verlo”.

Por esta razón, considera que el verdadero inicio del combate a la corrupción es generando un modelo de clasificación de presupuestos para que pueda estar etiquetado de manera correcta, con reglas de operación claras y concisas; toda vez que una de las raíces del denominado ejercicio del “moche”, es porque los alcaldes, año con año, tienen que estar tocando las puertas del Congreso para conseguir recursos, “ahí es donde empiezan las condicionantes”, pero si se tuvieran reglas claras de asignación por ejemplo a través de recaudación locales, número de habitantes o densidad poblacional, proyectos estratégicos, entre otros, “hay tantos caminos para evitar esta conflagración entre quien asigna y quien recibe los recursos”.

Sánchez Nájera expuso que bajo una estrategia tremendamente perversa, el presidente López Obrador pretende concentrar todos estos recursos desde la federación para su posterior aplicación en programas de supuesta abatimiento de pobreza que son todavía más opacos que los gobiernos locales; aclaró que no existe un padrón real como para poder determinar a quién se le estregarán esos apoyos, no existe claridad de cuáles son las condiciones que debe tener un ciudadano para aspirar a ese tipo de becas y recursos, ni la claridad legislativa de cómo se bajarán tales recursos. “La lectura completa es que terminará por financiar elecciones, es clarísimo”.

Rumbo al 2021

Con toda esta lectura, se prevé que México vea “lo mismo pero peor” de lo que se tuvo con los últimos gobiernos, “lo hizo el PAN, lo hizo el PRI y ahora MORENA, estar dedicados a ganar elecciones con presupuesto federal, desviando el dinero de las arcas de la federación hacia campañas electorales en una manera oculta”.

Si bien es el Congreso de la Unión quien pudiera ponerle un alto a las decisiones del Ejecutivo Nacional, el perredista apunta que es justo este espacio donde López Obrador fortalece su “maniobra perversa” pues conservar el dominio de poder y tiene a una Cámara Baja y Alta que sin mayor análisis le aprueba todo lo que envía, “por eso decimos que todo lo que veremos en el 2020 es la antesala de 2021. El próximo año sirve para generar estos padrones de militantes de Morena que estarán recibiendo apoyos sin reglas de operación para que ejerzan su voluntad en 2021”.

Lo que se requiere pues es que la población despierte y sepa discernir, pues no hay mejor forma de generar una verdadera República que teniendo contrapeso, “aun creyendo en el proyecto de Andrés Manuel, es conveniente entender que ningún presidente debe tener el control total, conservando el poder pleno del Congreso porque ocurren atrocidades como esta, donde estamos sujetos a la voluntad de la persona que está al mando y no al respeto de las instituciones”.