Con amigos no, sólo conmigo
No fue hasta muy pasados los treinta años que me percate de lo que había padecido mamá durante más de 43 años.
Papá era un hombre machista, como crecimos en ese ambiente veíamos normal que mamá estuviera el 100% del tiempo en casa y que no saliera para nada sola, y si lo hacía a una reunión donde tendría que estar con otras personas siempre lo hacía con nosotras, salvo para sus clases de biblia pues en su grupo de la iglesia no había hombres.
Las mamás de mis compañeras y hasta nuestras vecinas salían a tomar café con amigas y mamá no, ella salía con nosotras y nada más, nunca me pareció extraño.
Recibíamos muy poco la visita de la familia de mamá y viceversa, siempre en casa o haciendo cosas en la iglesia, nada más, hasta que llegó el día en el que comprendí lo que en realidad pasaba.
Papá le prohibió a mamá tener amigos varones y salir con amigas, no fue en un contrato donde específicamente escribiera lo que ella debería hacer sino en una serie de adoctrinamientos estímulo-respuesta a los que ella se acostumbró porque, así tenía que ser.
En una prisión sin barreras físicas, perdió su derecho emocional a convivir con otros solo por ser esposa de. Lamentablemente eso sucede muchísimo aún y no importa si son matrimonios mayores, sino que también sucede en algunos jóvenes o en el noviazgo.
La pérdida del poder personal, así como los aprendizajes no aprendidos, es decir, lo que aprendemos con el ejemplo, nos llevan a aceptar estas situaciones sin chistar y a vivir en un exilio auto elegido por la circunstancia y no por elección.
Cuando la violencia psicológica es más explícita si hay un diálogo de “No quiero que vayas con, que salgas con o platiques con porque…” pero la mayor parte de las veces si la mujer sale con una amiga a tomar un café o platica con un compañero de trabajo y es vista, su pareja reacciona de una manera negativa para obligarla a estar con él todo el tiempo argumentado que es lo que más le conviene o lo por que la ama.
Los castigos que pueden recibirse son evasiones emocionales durante semanas o días, silencios prolongados, parecer que está sentido emocionalmente o enojado etc., cada uno encuentra como manipular para consciente o inconscientemente lograr aislar a la persona completamente de los otros.
Lo más triste es que es bien visto y quienes nos percatamos de ello no decimos nada, en algunos porque se puede incrementar la violencia psicológica, en otros porque pues son sus cosas y pues ellos que se arreglen, la cuestión es que de nada de eso se habla y lo cotidiano se hace invisible.
Lo normal es que en una sociedad las mujeres podamos tener amigos varones como los hombres tienen amigas mujeres.
Si en bien aceptado que un hombre soltero o casado tenga muchas amigas con quien está en contacto todos los días, pero lo mismo no sucede del otro lado. Si una mujer tiene empatía por un compañero de trabajo o un amigo de infancia o la prepa en algún momento tiene que dejar esa amistad porque su pareja no está de acuerdo con esa relación no sentimental ni amorosa.
En cuestiones de equidad existen aún muchas barreras invisibles por derrumbar para que podamos las mujeres vivir sin ataduras invisibles para ser libres de expresarnos, relacionarnos y no repetir patrones de lo que en casa vivimos de niñas u observamos a nuestro alrededor.
Si usted es hombre y me está leyendo primero evalué sus relaciones con compañeras de trabajo y amigas, si también es muy empático con ellas, les envía emoticones con corazones o guiños de ojo por WhatsApp y es de los que se deja abrazar y besuquear por todas entonces permita que en libertad se desenvuelva su pareja pues usted hace lo mismo y equitativamente tiene que ser bien visto de ambas partes o ¿dejaría usted de tener amigas?
Si usted es mujer y su pareja es amable con las mujeres, no demuestra mucho afecto con sus compañeras de trabajo y le prohíbe a usted relacionarse con los demás y hasta la aleja de su familia entonces, aléjese lo más rápido posible pues su encarcelamiento psicológico incrementará y su vida corre peligro.
Incrementemos las relaciones sanas, de pareja para vivir en libertad y en armonía, pero sobre todo, apoyémonos si vemos que alguna de nosotras es reprimida sólo porque así debe ser.
Hasta pronto
La nieta de Adelita
Foto: Claudia Castro