El hartazgo de la población chilena por el sistema de pensiones administrado por empresas privadas, la inexistencia de la salud pública de calidad, el deficiente sistema público de educación, los bajísimos sueldos, y la declaración del pasado sábado por el presidente Sebastián Piñera de ‘estado de emergencia’, Chile vive uno de sus peores momentos sociales, políticos y económicos que no se veían desde la dictadura de Pinochet.
Estudiantes, trabajadores, ciudadanos en desacuerdo con la elevada cuota del transporte, salieron a las calles a reclamar un buen gobierno, en consecuencia los militares respondieron con detenciones violentas, agresiones físicas y con armas de fuego. Integrando una restricción de la libertad de movimiento y reunión por un periodo de 15 días argumentando «medidas de seguridad para el pueblo Chileno».
Algunos medios de comunicación locales e internacionales han llamado a las acciones desesperadas de los manifestantes «actos vandálicos», destacando las ‘agresiones’ a los carabineros (policías militarizadas) y ‘afectaciones’ a los monumentos y espacios públicos; pero no hablan de los cientos de muertos civiles que han generado sus movilizaciones violentas, los miles de jóvenes detenidos, golpeados, ensangrentados.

Ante la existencia ciudadana y la denuncia pública hecha gracias a las redes sociales, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile emitió un comunicado denunciando las detenciones arbitrarias, torturas y vejaciones sexuales entre otras violaciones a los derechos humanos.
El organismo asegura que hay un «trabajo ininterrumpido» para resguardar los derechos de las personas en el contexto de las jornadas de protestas: «Hemos estado en terreno reuniendo información relevante sobre el estado de las personas heridas y detenidas, y las vulneraciones de que han sido víctimas».
En los hospitales: Félix Bulnes, San Juan de Dios, Clínica Dávila y San Borja, hay al menos una treintena de lesionados graves (y la cuenta se eleva día con día).

«Un hombre recibió un disparo percutado por Fuerzas Especiales, a cinco metros de distancia y se encuentra en estado grave. Se identificó a un niño que tiene alojadas balas en su hígado, riñón y piernas. A una niña herida con un balín en la pierna, y a un cuarto hombre que recibió una lacrimógena en su rostro».
Hasta el corte de este lunes los datos son los siguientes: Alrededor de 9 mil 500 militares y carabineros desplegados en calles. Al menos 13 manifestantes muertos, más de 240 heridos y más de 2 mil 150 detenidos.

Foto Facebook / Juan Pablo Martínez
Con información de El País