Con el fin de promover una educación sexual integral, científica y laica año con año un equipo de organizaciones civiles organizan las Jornadas de Educación Sexual; este año -celebrándose la quinta edición- se llevó a cabo en las instalaciones de la Unidad de Estudios Avanzados de la Universidad Autónoma de Aguascalientes con el apoyo del Instituto Municipal de las Mujeres de Aguascalientes toda vez que la Secretaría de Salud local jamás respondió las peticiones del comité organizador.
Con una jornada de dos días intensivos, el Instituto Superior de Educación Sexual (ISES); CECADEC; Colectivo Sergay; Impúlsalas, FAMDI, Cultivando Género; Colegio de Trabajadoras Sociales Hidrocálidas; y CEDEMAC; llevaron a cabo talleres y conferencias magistrales sobre temas como: erotismo y envejecimiento; educación sexual, ciudadanía y derechos humanos; la función del orgasmo y corporalidad; paradigmas religiosos contra derechos humanos y educación sexual en la infancia. Así como la diversidad sexual y la prevención del abuso sexual a Menores, entre otros.
Marcela Martínez Roaro, reconoció que por ahora es difícil definir la sexualidad ya que la sexología como tal es una disciplina reciente -a comparación de las viejas disciplinas- por lo tanto, expuso una definición propia basada en una serie de autores: “Es el resultado de la integración, interacción e interrelación permanente de seis potencialidades humanas, tres biológicas y tres psicosociales: Sexo-género; reproducción-reproductividad; respuesta sexual humana; y erotismo. Todas estas expresadas en relaciones siempre genéricas”.
Para concluir esta quinta jornada de salud sexual, se presentó un pronunciamiento público que dicta entre otros puntos los siguientes:
-La educación impartida por el Estado Mexicano deberá ser laica y basada en los resultados del progreso científico, así como luchar contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios, fortaleciendo el aprecio, respeto e igualdad de derechos de toda diversidad, incluyendo las sexuales, genéricas, eróticas y de familias.
-El acceso a la educación sexual científica, laica e integral, como derecho consagrado en la Constitución y leyes que de ella emanan, debe ser respetado y garantizado por el Estado y sus instituciones, manteniéndolo ajeno a cualquier dogma, prejuicio y fanatismo, incluyendo el religioso.
-La educación sexual científica, integral y laica, contribuye a la formación de personas más humanas e incluyentes de las diversidades sexuales y culturales; y que es parte esencial e indispensable de la educación formal de niñas, niños, adolescentes y personas adultas, para conocer y ejercer todos sus derechos, incluyendo los sexuales y reproductivos, que la ley les reconoce y garantiza.
-La educación sexual laica, científica e integral, es vital para la preservación de la salud sexual y la salud reproductiva, que incluye la prevención de embarazos no deseados, sobre todo de niñas y adolescentes.
-La educación sexual científica, laica e integral es uno de los mejores medios para desmontar estructuras patriarcales y erradicar el machismo, contribuyendo a combatir la violencia de género, sexual y familiar.
-La sociedad en su conjunto es corresponsable de ampliar los marcos de la educación sexual científica, laica e integral, incluyendo la perspectiva de los derechos humanos y el enfoque de género y que la participación ciudadana es indispensable para incidir en la consecución de estos fines.
-Exigimos educación sexual científica, laica e integral en todas las instancias educativas, públicas, para que las mujeres puedan decidir libre y responsablemente sobre su cuerpo y su vida.
-Exigimos al Estado Mexicano, en sus ámbitos federal, estatal y municipal, defender al estado laico y mantenerse firmes ante los embates del clero católico y su red de defensores y voceros, que durante siglos han persistido en mantener a la niñez, a la juventud, a las familias y a las mujeres de México, sometidas al oscurantismo de la ignorancia y encadenadas a las servidumbres, los fanatismos, los prejuicios, los dogmas, las exclusiones y las intolerancias.
Se recordó a través de la médica especialista en la materia, Lourdes Martínez Staines, que la educación sexual integra un asunto biológico y de interés psicosocial por lo que debe impartirse con conocimiento científico, laico, con perspectiva de género, y desde temprana edad, “esto debe hacerse desde el ejemplo de madres y padres, desde maestras y maestros preparados que prevengan la intolerancia, la violencia y en consecuencia, el ejercicio irresponsable de la sexualidad”.

Por parte de Wina Rosas de Cultivando Género, se destacó la importancia de incorporar y visibilizar una educación sexual feminista que ponga sobre la mesa el disminuir los riesgos la procreación no deseada, la seguridad, la no violencia, las valoraciones culturales y sociales que se dan entre hombre y mujeres; ya que aunque hay un acceso a métodos anticonceptivos y a programas de salud, no son suficientes porque en la decisión de las personas siguen prevaleciendo valoraciones ideológicas no científicas y machistas.
“La valoración que se hace en los medios de comunicación es uno de los temas en los que menos nos hemos metido y más impacto tiene, porque es donde construimos los referentes sociales y nuestras aspiraciones han permanecido inamovibles o con muy pocas modificaciones y replanteamientos”. Con esto se subraya que desde la ciudadanía hay que exigir la incorporación de esta educación sexual feminista en los servicios de salud con mayor calidad y cantidad.
Foto Vania Morales y Cultivando Género