La marcha de los antiderechos me tiene mal. Tengo semanas que no me había podido dar chance de armar algo al respecto, o tal vez la inspiración siempre me llega al cinco para la hora, como en este momento porque su concentración por “salvar las dos vidas”, “la familia natural”, y “los valores y libertades (o algo así)” es en unas horas.

En fin, el día de ayer estuve revisando un poco acerca de sus discursos para contrargumentar, empecé por ver una página de internet del FNF (Frente Nacional por la Familia, y me doy cuenta de la estructura que tienen para manipular (eso de verdad me enferma), es decir, a leguas se nota que son ellos, quienes cuentan con recursos de todo tipo -económicos, humanos, políticos, religiosos y muchos más- (así lo manejaré, en masculino, porque si bien puedo usar el lenguaje inclusivo y además yo si entiendo que el FNF no sólo tiene hombres –machos- y que por desgracia participan muchas mujeres y personas en general de otras orientaciones sexuales; finalmente ELLOS hasta en sus mismas propagandas minimizan el papel de la mujer –y no se diga de otros sectores en materia de identificación, orientación sexual- se puede ver en las fotos, los argumentos de su propaganda, todo es desde en masculino).

Desde el ver sus anuncios, vídeos, y llamados para sus acciones a favor de lo que ellos defienden, sí se es suficientemente perspicaz (que tal parece que quienes los siguen no lo son), te das cuenta de una de tantas incongruencias de sus discursos. Y es que parte de los argumentos que usan para atacar a quienes luchamos por los DERECHOS y LIBERTADES de las mujeres, es que contamos con un aparato manipulador que está detrás de nosotras (de las feministas) y que inyecta fuertes cantidades de dinero y movilizaciones a nuestro favor, incluso para planes muy macabros según ellos con los resultados de tanto aborto que queremos, (sí es así, ahí les encargo que me avisen cuándo recojo mi tajada –broma-, aunque no me vendría mal una lanita extra) y entonces las de acá de este lado creo que somos bastantes conscientes de esa falacia, y sobre todo del escupitajo que ellos mismos se echan, porque digo, ¿es en serio? se atreven a decir semejante cosa cuando ellos cuentan con la ultraderecha, la derecha y por desgracia hasta gran parte de la izquierda política mexicana, cuando manejan sus discurso de manipulación desde las mismas iglesias, desde esos aparatos es que ellos operan y entonces si te adentras más puedes darte cuenta quienes pues son los del dinero. Y no, no es gente del pueblo liderando los movimientos, es gente con poder de algún tipo, haciéndolo, que a quienes manden a nivel de calle sean más la gente de pueblo a la que logran manipular es otra cosa.

Conforme iba viendo un poco de lo que publican se me ocurría que podíamos contrastar lo que dicen con cuestiones más realistas pero llenas de amor, no porque no debamos descargar nuestro descontento y entero disgusto sobre las pendejadas que hacen, si no porque en esta ocasión habíamos comentado el hecho de no confrontar tan directo. Además de que creo que es bonito también a veces hablar también en positivo, de todas esas cosas con las que quisiéramos que se dieran en todos los sectores de lograr acabar con el sistema que apabulla lastimosamente. Es decir, si ellos argumentan lo de las dos vidas, acá de este lado podamos argumentar la diferencia entre vivir y tener calidad de vida, por ejemplo.

Y entonces de ese modo empezar un discurso que vaya orientado a decir que las feministas queremos para todo mundo, mucho de lo que los antiderechos reclaman, pero con un plus, ese plus que SÍ DA LIBERTADES, ese plus que SÍ HABLA POR TODAS Y TODOS, ese plus que NO PRETENDE OBLIGAR A NADIE A SER COMO EL RESTO, PERO SI PRETENDE QUE TODAS LAS PERSONAS RESPETEMOS AL RESTO SIN DAÑARNOS NI DAÑAR A QUIENES NOS RODEAN.

Por Verónica L. Mtz. Arango