El establecimiento de reglas claras garantiza la certeza en la celebración de elecciones, señaló Karolina Monika Gilas en la conferencia “Democracia, legitimidad y el ejercicio legislativo. El eterno ciclo electoral”, que se impartió durante las Jornadas de Gobierno Abierto para la Reforma al Código Electoral local.

En el evento, organizado por el Congreso del Estado, junto con el Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes y el Tribunal Electoral Local, explicó que el marco jurídico político-electoral ha crecido en extensión y complejidad en el transcurso de los últimos 40 años, pasando de 248 artículos en 1977 a 590 en 2014 y, aunque a cada elección le suceden normas cada vez más detalladas, estas continúan encerrando imprecisiones y contradicciones que dificultan la función electoral. 

Gilas consideró que esto se debe a que las modificaciones aprobadas, en su momento, por el Poder Legislativo, no han tenido fundamento en una evaluación profunda y racional de las problemáticas que se presentaron a lo largo de un proceso electoral, sino que surgieron de negociaciones entre los representantes de los partidos políticos. 

La académica apuntó que la actual normatividad electoral fomenta la judicialización, ya que “cuando no queda claro lo que hay qué hacer, tarde o temprano acaba en alguna instancia jurisdiccional”; prueba de ello es que la mayoría de las decisiones son impugnadas por alguna de las fuerzas políticas y terminan en las sentencias de los tribunales.

La democracia necesita legitimidad, es decir “la creencia de que las instituciones políticas existentes, a pesar de sus defectos y fallos, son mejores que otras que pudieran haber sido establecidas”. A su vez, la legitimidad descansa en dos pilares: el origen de una autoridad y su desempeño en el ejercicio del poder. La ausencia de alguno de estos, deriva en crisis como las que se experimentan en países, como Bolivia y Chile.

Para Gilas, es preciso legislar con miras a la simplificación de las leyes electorales a fin de facilitar a la ciudadanía su comprensión y, al mismo tiempo, mejorar su aplicación por parte de las autoridades en la materia.

Se hizo hincapié en la importancia de escuchar tanto a los expertos como a las y los ciudadanos para lograr que los cambios al Código Electoral permitan la construcción de elecciones democráticas, libres, competidas y periódicas, en las que exista incertidumbre acerca de los resultados y certidumbre en torno a las reglas.